Artículo en La Nación de Chile. Por Marcelo Garay V.(Miércoles 17 octubre 2007)
Javier Couso, hermano del camarógrafo español asesinado en Irak: “El periodismo de guerra está muerto”
A casi cinco años del asesinato de José Couso, la justicia española procesó en ausencia y dictó orden de búsqueda y captura internacional contra los militares estadounidenses responsables del ataque en Bagdad. La familia del reportero recurrirá al Parlamento Europeo para presionar al Gobierno de George W. Bush.
Meticuloso con su trabajo, "a riesgo de colmar la paciencia de sus colegas". "Un enamorado de la lente y del reporterismo gráfico". Así lo describen quienes conocieron al camarógrafo de la cadena Tele 5 de España José Couso Permuy. Así, al menos, era hasta el 8 de abril de 2003, cuando, sin parar de grabar, registró desde su balcón, en el Hotel Palestina de Bagdad, el instante justo en que fue asesinado por el Ejército de Estados Unidos. Amanecía en la capital iraquí cuando tanques del Batallón A64, apostados en un puente sobre el río Tigris, abrieron fuego contra el hotel en que alojaban más de 300 reporteros que cubrían la ocupación de Irak.
Los disparos no sólo causaron la muerte de Couso y del periodista ucraniano Taras Protsyuk, de la agencia Reuters. Media hora antes, las tropas estadounidenses habían asediado también las instalaciones de las cadenas de televisión locales Al Jazeera y Abu Dhabi, matando al periodista Tareq Ayub y e hiriendo a varias personas. Las imágenes fueron captadas por Couso desde el piso 14 del hotel. Fue entonces que el sargento Thomas Gibson dio la orden de abrir fuego contra lo que, explicó después, creyó que era un francotirador. En Irak, como en toda guerra, la verdad había sido una de las primeras víctimas fatales.
Pero Javier Couso, de 38 años, hermano del camarógrafo gallego, no se resigna a esa muerte. De visita en Chile, entrega detalles sobre los avances de la investigación que la justicia española sigue contra los tres soldados responsables de abrir fuego contra los periodistas del Hotel Palestina. Su cruzada busca que el Gobierno de George W. Bush se responsabilice de lo que él califica como un "crimen de guerra", daño colateral de un conflicto que ya suma cuatro años y decenas de miles de muertos, entre ellos al propio periodismo de trinchera.
"Mi hermano tenía una conciencia del periodismo como un servicio social, y tuvo una distinción muy importante que recuerdan todos los periodistas que estaban con él. Muchos se querían ir, pero él les dijo a todos: Nos tenemos que quedar aquí, porque los yanquis van a arrasar y nosotros tenemos que contar lo que le va a pasar a la sociedad iraquí . Y eso a nosotros nos enorgullece. Para un periodista destinado a una guerra, morir es un riesgo laboral. Pero puedes morir por una bala cruzada o un mortero que se desvía; lo que no se puede aceptar como riesgo es el asesinato", proclama.
¿En qué pie está hoy la investigación del crimen de tu hermano?
La Fiscalía General del Estado había archivado la causa, pero la Corte Suprema revirtió esa decisión y revalidó la decisión del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, quien sostuvo que hay indicios de que esa acción buscaba aterrorizar. Estamos muy satisfechos. Va a ser muy difícil sentarlos [en el banquillo], pero ahora mismo tenemos un proceso abierto y una orden de búsqueda y captura internacional contra los militares estadounidenses Thomas Gibson [sargento], Philip Wolford [capitán] y Philip de Camp [teniente coronel]. Es la primera en la historia. Nuestra esperanza y nuestro esfuerzo está dedicado a que no se olvide el caso y que, como es un crimen de lesa humanidad que no prescribe, la orden de búsqueda y captura haga que estos señores no puedan salir de su país de por vida. De hecho, sabemos que no salen de su país.
GOBIERNOS SUMISOS
Entre las gestiones que han hecho los Couso, pidieron al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que presionara diplomáticamente a Washington para hacer valer los convenios bilaterales vigentes en materia judicial, pero no consiguieron demasiado. Algo que Javier atribuye a la actitud sumisa de los gobiernos europeos frente a Washington. "Lo único que hicieron fue cursar una serie de cartas, a nivel de embajadas y entre ministros de Exteriores. No notamos firmeza para exigir a Estados Unidos que colaborara con la justicia española. Además, el fiscal general del Estado, nombrado por el Presidente del Gobierno, se ha opuesto sistemáticamente a todos los avances judiciales del caso, y se ha convertido prácticamente en un abogado de los militares estadounidenses", señala Javier, para quien es esa misma actitud la que ha permitido a la CIA y el Pentágono secuestrar a ciudadanos europeos, trasladarlos a través de sus aeropuertos y mantenerlos en cárceles secretas con total impunidad.
¿Cuál ha sido la posición del Gobierno de George W. Bush?
Ni siquiera nos han contestado. La única vez que trataron el caso fue a instancias de Ucrania, que pidió explicaciones por el asesinato de Taras Protsyuk. Pero sólo respondieron con un seudoinforme que exculpaba y justificaba a sus solados. Cambiaron cuatro veces la versión: primero dijeron que habían disparado porque los atacaban desde el hotel; luego, que había un francotirador. Y después inventaron una novela: que habían captado una emisora del Ejército iraquí y oyeron que había un puesto de observación que dirigía el ataque contra sus tanques. Hemos aportado pruebas de que nunca hubo alguien del Ejército iraquí en el Hotel Palestina; de que durante los 35 minutos previos al disparo no recibieron fuego de ningún lado, y de que no estaban sufriendo estrés de combate. Estaba todo muy medido: atacaron sabiendo que allí estaban los periodistas.
Hablas de unos gobiernos sumisos ante Estados Unidos. ¿Qué ocurre con la prensa?
Hay una desinformación absoluta. He viajado dos veces al Irak ocupado para homenajear a mi hermano y dar las gracias a los médicos iraquíes. A los iraquíes los presentan como fanáticos y terroristas, pero yo encontré un equipo de 14 profesionales que intentó salvar la vida de mi hermano. Hay un interés de los ocupantes y sus colaboradores de que lo que salga de Irak sólo sea terrorismo. Y sí, en Irak hay terrorismo, pero también hay una resistencia legítima que ampara la carta fundacional de Naciones Unidas, y eso no sale.
¿Porque la prensa no quiere o porque las autoridades militares no lo permiten? El año 2005 hubo poco más de 30 mil acciones violentas, lo que supone una media de cien al día. Según el Pentágono, de esas 100 acciones diarias, sólo una corresponde a autos-bomba o suicidios. ¿Qué pasa con las 99 restantes? ¿Por qué no salen en primera plana? El Pentágono reconoce también que la violencia de las milicias de los partidos que están hoy en el poder causa nueves veces más muertos que los autos-bomba, pero de eso tampoco se habla. Eso se ha logrado impidiendo el trabajo de la prensa independiente. Si los periodistas no se toman en serio el desafío que plantea el que más de 300 de los suyos hayan muerto en Irak, el periodismo de guerra está muerto. Qué curioso que el país que abandera la defensa de la libertad de información haya acabado con toda la libertad de información de una ciudad en una hora. No hay libertad de información cuando asesinas a periodistas independientes, ni hay derechos humanos cuando tienes una cárcel encubierta en Guantánamo, fuera de toda la legalidad internacional.
¿Cómo evalúas el apoyo que has recibido en tu campaña en busca de justicia?
Hemos tenido mucho apoyo de periodistas de tropa, redactores, camarógrafos y reporteros gráficos. Pero creo que si hubiésemos tenido la ayuda de grandes empresas periodísticas, como Reuters, que tiene una veintena de periodistas asesinados en Irak, o de las asociaciones de prensa que tanto se preocupan de otros muertos, pero no tanto de éstos, podríamos conseguir que Estados Unidos permitiera juzgar a estos señores. Somos una familia que pelea sola contra una potencia mundial. Eso lo estamos haciendo nosotros y la gente de a pie de la prensa que hoy nos sigue apoyando. LND
Entrevista en el sitio de LA NACION
Javier Couso, hermano del camarógrafo español asesinado en Irak: “El periodismo de guerra está muerto”
A casi cinco años del asesinato de José Couso, la justicia española procesó en ausencia y dictó orden de búsqueda y captura internacional contra los militares estadounidenses responsables del ataque en Bagdad. La familia del reportero recurrirá al Parlamento Europeo para presionar al Gobierno de George W. Bush.
Meticuloso con su trabajo, "a riesgo de colmar la paciencia de sus colegas". "Un enamorado de la lente y del reporterismo gráfico". Así lo describen quienes conocieron al camarógrafo de la cadena Tele 5 de España José Couso Permuy. Así, al menos, era hasta el 8 de abril de 2003, cuando, sin parar de grabar, registró desde su balcón, en el Hotel Palestina de Bagdad, el instante justo en que fue asesinado por el Ejército de Estados Unidos. Amanecía en la capital iraquí cuando tanques del Batallón A64, apostados en un puente sobre el río Tigris, abrieron fuego contra el hotel en que alojaban más de 300 reporteros que cubrían la ocupación de Irak.
Los disparos no sólo causaron la muerte de Couso y del periodista ucraniano Taras Protsyuk, de la agencia Reuters. Media hora antes, las tropas estadounidenses habían asediado también las instalaciones de las cadenas de televisión locales Al Jazeera y Abu Dhabi, matando al periodista Tareq Ayub y e hiriendo a varias personas. Las imágenes fueron captadas por Couso desde el piso 14 del hotel. Fue entonces que el sargento Thomas Gibson dio la orden de abrir fuego contra lo que, explicó después, creyó que era un francotirador. En Irak, como en toda guerra, la verdad había sido una de las primeras víctimas fatales.
Pero Javier Couso, de 38 años, hermano del camarógrafo gallego, no se resigna a esa muerte. De visita en Chile, entrega detalles sobre los avances de la investigación que la justicia española sigue contra los tres soldados responsables de abrir fuego contra los periodistas del Hotel Palestina. Su cruzada busca que el Gobierno de George W. Bush se responsabilice de lo que él califica como un "crimen de guerra", daño colateral de un conflicto que ya suma cuatro años y decenas de miles de muertos, entre ellos al propio periodismo de trinchera.
"Mi hermano tenía una conciencia del periodismo como un servicio social, y tuvo una distinción muy importante que recuerdan todos los periodistas que estaban con él. Muchos se querían ir, pero él les dijo a todos: Nos tenemos que quedar aquí, porque los yanquis van a arrasar y nosotros tenemos que contar lo que le va a pasar a la sociedad iraquí . Y eso a nosotros nos enorgullece. Para un periodista destinado a una guerra, morir es un riesgo laboral. Pero puedes morir por una bala cruzada o un mortero que se desvía; lo que no se puede aceptar como riesgo es el asesinato", proclama.
¿En qué pie está hoy la investigación del crimen de tu hermano?
La Fiscalía General del Estado había archivado la causa, pero la Corte Suprema revirtió esa decisión y revalidó la decisión del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, quien sostuvo que hay indicios de que esa acción buscaba aterrorizar. Estamos muy satisfechos. Va a ser muy difícil sentarlos [en el banquillo], pero ahora mismo tenemos un proceso abierto y una orden de búsqueda y captura internacional contra los militares estadounidenses Thomas Gibson [sargento], Philip Wolford [capitán] y Philip de Camp [teniente coronel]. Es la primera en la historia. Nuestra esperanza y nuestro esfuerzo está dedicado a que no se olvide el caso y que, como es un crimen de lesa humanidad que no prescribe, la orden de búsqueda y captura haga que estos señores no puedan salir de su país de por vida. De hecho, sabemos que no salen de su país.
GOBIERNOS SUMISOS
Entre las gestiones que han hecho los Couso, pidieron al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que presionara diplomáticamente a Washington para hacer valer los convenios bilaterales vigentes en materia judicial, pero no consiguieron demasiado. Algo que Javier atribuye a la actitud sumisa de los gobiernos europeos frente a Washington. "Lo único que hicieron fue cursar una serie de cartas, a nivel de embajadas y entre ministros de Exteriores. No notamos firmeza para exigir a Estados Unidos que colaborara con la justicia española. Además, el fiscal general del Estado, nombrado por el Presidente del Gobierno, se ha opuesto sistemáticamente a todos los avances judiciales del caso, y se ha convertido prácticamente en un abogado de los militares estadounidenses", señala Javier, para quien es esa misma actitud la que ha permitido a la CIA y el Pentágono secuestrar a ciudadanos europeos, trasladarlos a través de sus aeropuertos y mantenerlos en cárceles secretas con total impunidad.
¿Cuál ha sido la posición del Gobierno de George W. Bush?
Ni siquiera nos han contestado. La única vez que trataron el caso fue a instancias de Ucrania, que pidió explicaciones por el asesinato de Taras Protsyuk. Pero sólo respondieron con un seudoinforme que exculpaba y justificaba a sus solados. Cambiaron cuatro veces la versión: primero dijeron que habían disparado porque los atacaban desde el hotel; luego, que había un francotirador. Y después inventaron una novela: que habían captado una emisora del Ejército iraquí y oyeron que había un puesto de observación que dirigía el ataque contra sus tanques. Hemos aportado pruebas de que nunca hubo alguien del Ejército iraquí en el Hotel Palestina; de que durante los 35 minutos previos al disparo no recibieron fuego de ningún lado, y de que no estaban sufriendo estrés de combate. Estaba todo muy medido: atacaron sabiendo que allí estaban los periodistas.
Hablas de unos gobiernos sumisos ante Estados Unidos. ¿Qué ocurre con la prensa?
Hay una desinformación absoluta. He viajado dos veces al Irak ocupado para homenajear a mi hermano y dar las gracias a los médicos iraquíes. A los iraquíes los presentan como fanáticos y terroristas, pero yo encontré un equipo de 14 profesionales que intentó salvar la vida de mi hermano. Hay un interés de los ocupantes y sus colaboradores de que lo que salga de Irak sólo sea terrorismo. Y sí, en Irak hay terrorismo, pero también hay una resistencia legítima que ampara la carta fundacional de Naciones Unidas, y eso no sale.
¿Porque la prensa no quiere o porque las autoridades militares no lo permiten? El año 2005 hubo poco más de 30 mil acciones violentas, lo que supone una media de cien al día. Según el Pentágono, de esas 100 acciones diarias, sólo una corresponde a autos-bomba o suicidios. ¿Qué pasa con las 99 restantes? ¿Por qué no salen en primera plana? El Pentágono reconoce también que la violencia de las milicias de los partidos que están hoy en el poder causa nueves veces más muertos que los autos-bomba, pero de eso tampoco se habla. Eso se ha logrado impidiendo el trabajo de la prensa independiente. Si los periodistas no se toman en serio el desafío que plantea el que más de 300 de los suyos hayan muerto en Irak, el periodismo de guerra está muerto. Qué curioso que el país que abandera la defensa de la libertad de información haya acabado con toda la libertad de información de una ciudad en una hora. No hay libertad de información cuando asesinas a periodistas independientes, ni hay derechos humanos cuando tienes una cárcel encubierta en Guantánamo, fuera de toda la legalidad internacional.
¿Cómo evalúas el apoyo que has recibido en tu campaña en busca de justicia?
Hemos tenido mucho apoyo de periodistas de tropa, redactores, camarógrafos y reporteros gráficos. Pero creo que si hubiésemos tenido la ayuda de grandes empresas periodísticas, como Reuters, que tiene una veintena de periodistas asesinados en Irak, o de las asociaciones de prensa que tanto se preocupan de otros muertos, pero no tanto de éstos, podríamos conseguir que Estados Unidos permitiera juzgar a estos señores. Somos una familia que pelea sola contra una potencia mundial. Eso lo estamos haciendo nosotros y la gente de a pie de la prensa que hoy nos sigue apoyando. LND
Entrevista en el sitio de LA NACION
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